domingo, 17 de junio de 2012

Amorazón

Estaba yo encerrada a causa de mis dolores crónicos, viendo el maratón de House M.D. y pasaron un capítulo en el que la paciente es parte de un "matrimonio abierto" pero en realidad, ella tiene a varios amantes (supongo que es la palabra adecuada) que satisfacen el 10% de sus necesidades, que su esposo no satisface (necesidades, en su mayoría, sexuales) pero el esposo no tiene amantes, porque la ama y sabe que ella necesita eso, pero él no...
Ustedes dirán: ¿qué esto ya se volvió un blog de reseñas de series televisivas? Pero la verdad es que me hizo pensar en esa cosa llamada matrimonio. La idea de encontrar a alguien con quien pasar el resto de tu vida, no suena nada mal, sin embargo la probabilidad de encontrar a alguien que satisfaga todas y cada una de tus necesidades y caprichos desde hoy, hasta que te mueras, yo creo que es casi nula.
Y habrá quien diga: "claro, pero no se trata de encontrar a alguien perfecto, es encontrar a alguien que valga suficientemente la pena, como para esforzarse y trabajar en la relación todos los días, aún con los defectos de ambos" y la contraparte dirá: "Claro, pero ¿por qué aferrarse a la idea de que una sola persona es responsable de todo ese campo social/amoroso en la vida de otra persona? y además, siempre existirá el resentimiento por esos caprichos frustrados hacia la otra persona".
Yo me pregunto: ¿A quién se le ocurrió eso de la monogamia? Me queda claro que somos territoriales y celosos y no podemos ver a ese "alguien especial" coqueteándole a la vida, pero ¿En realidad esa fue la razón por la que alguien dijo: "Nel, yo a esta me la quedo y ni modo, si eso de la fidelidad tiene que ser recíproco, me aguanto"? 
¿O simplemente es real eso del esfuerzo y los humanitos siempre hemos tenido ese complejo de que lo hedonista está mal? ¿O la idea de encontrar a alguien con quien pasar el resto de tu vida es demasiado buena, como para realmente racionalizarla y sólo la vivimos porque así tiene que ser?
Sí, yo creo que el amor no se debe racionalizar, pero es inevitable caer en la tentación de vez en vez.